Imagina un cielo muy, muy azul y muy alto una suave pluma blanca que va descendiendo mientras gira muy, muy lentamente hacia ti.
La pluma desciende despacio mecida por el viento y a medida que desciende tus músculos se van relajando. Cuanto más desciende la pluma blanca más completa es tu relajación.
Mientras ves descender lentamente la pluma una suave brisa acaricia tu rostro y eso hace que tus músculos se relajen aún más.
Cuando la pluma toque el suelo tus músculos estarán totalmente relajados.
La pluma blanca sigue descendiendo hacia el suelo despacio, muy despacio y tu relajación es mayor a medida que desciende suavemente.
Ahora la pluma toca el suelo y todos tus músculos han alcanzado al mismo tiempo un profundo estado de relajación.
Te sientes tranquila, perfectamente bien, feliz y estás perfectamente relajada.
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